Hubo un tiempo sin odios, crispaciones ni confrontaciones como ahora, y
en medio de un clima de paz y armonía, Norma Pla, que era una jubilada vieja y
medio loca gritaba: Cavallo, compadre . . . y el “Mingo” llorando,
reconocía que sin un sobresueldo de diez mil dólares no llegaba a fin de mes.
Eran tiempos irrepetibles, donde los ministros de economía le hablaban con el
corazón a los locos por el dólar y estos le respondían con el bolsillo pero,
eso sí, muy amablemente.
Hubo un país donde no había tensiones y hasta tanta tolerancia que se
llegaron a incautar los ahorros de la gente para garantizar la convivencia
civilizada y los denominadores comunes de la Nación, que no lo alteraron para
nada algunos disonantes cacerolazos al grito de “¡Que se vayan todos!”
Venían los funcionarios del Fondo Monetario a revisarnos las cuentas, a
imponernos ajustes y condiciones y se les gastaba una edulcorada y sumisa
obsecuencia.CONTINÚA: http://laspublicacionesdeconcienciapopular.blogspot.com.ar/2013/08/que-vuelvan-los-noventa-por-delsio-evar.html
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