La victoria y la derrota son apenas circunstancias que se suceden según distintos factores que actúan sobre la coyuntura.
Pero cualquiera sea el caso, el proyecto no se pierde bajo la bruma de la circunstancia.
Este manojo de ideas, tan simple como se expresa, es el principal legado que inauguró el kirchnerismo ni bien amanecía el nuevo siglo en medio de la peor crisis de la sociedad argentina.
Hoy apreciamos, desde una vista panorámica de la realidad, que el proyecto nacional que conduce Cristina Fernández de Kirchner, se muestra como el paisaje más previsible de un país imprevisible.
Y se muestra consecuente con sus convicciones. Y se muestra dúctil y capaz de conducir la barca colectiva en medio de la más feroz tormenta mundial. Y resuelve los problemas de la gente en el trajín cotidiano. Y desarma, además, una por una todas las barricadas que le planta el poder financiero concentrado armado de medios de desinformación masiva y de ese hueso duro del poder de la pampa húmeda conocido como el sujeto “el campo”. La oligarquía, que le dicen. CONTINÚA: http://sur.infonews.com/notas/donde-habita-el-diablo
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