“Sólo una cosa no hay. Es el olvido
Dios, que salva el metal, salva la escoria
Y cifra en su profética memoria
Las lunas que serán y las que han sido”. Jorge L. Borges
Cuánta memoria resiste una sociedad? ¿Olvidamos para recordar aunque
no lo sepamos? ¿Es posible hacer la crítica del presente dirigiendo la
mirada hacia el pasado pero al precio de su inmediato olvido? ¿Es acaso
el olvido un recurso para seguir viviendo que nos alivia de nuestras
pesadillas? ¿Puede el discurso político sostenerse en la interrelación
de lo contingente y lo acontecido o necesita abandonar, por inactual,
cualquier referencia a lo que ha quedado a nuestras espaldas? Preguntas
que no puedo dejar de hacerme en estos complejos y difíciles días
argentinos en los que una maquinaria mediática implacable parece no sólo
arrinconar al Gobierno sino, también, evidenciar la facilidad con la
que se van desvaneciendo los recuerdos traumáticos que dejaron su marca
en el final de los ’90 y en el estallido del 2001. Se esfuman las
imágenes de la crisis al mismo tiempo que el día a día se convierte en
el núcleo absoluto de vivencias y sensaciones que no pueden o no quieren
mirarse en el espejo de esa otra época en la que tantas cosas se
corrompieron en el interior de una vida social dañada.
CONTINÚA: http://www.infonews.com/2013/08/30/politica-94912-el-olvido.php
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