Obama se explaya sobre Siria.
La megalomanía a veces encuentra
correctivos, aunque sea momentáneos. La negativa del parlamento
británico a acompañar la aventura bélica que los norteamericanos
proponen contra Siria, y la fría acogida que la misma ha tenido hasta
ahora de parte del gobierno alemán, sumado a la sarcástica condena de
Vladimir Putin, a la postura pacifista del Vaticano y al categórico
rechazo de la UNASUR, han enfriado de momento los ímpetus bélicos del
Nóbel de la Paz, Barack Obama. Desde luego que esto no significa mucho: a
mediano plazo el establishment, los halcones republicanos y demócratas,
el lobby israelí, las monarquías del Golfo y el complejo
militar-industrial difícilmente se desanimen ni tengan mucho en cuenta
la renuencia que se percibe en la opinión del pueblo norteamericano
respecto a verse involucrado en otro conflicto a distancia. Saben muy
bien que esta desconfianza popular puede revertirse con una adecuada
campaña mediática y con algún acontecimiento de efecto, prefabricado en
los laboratorios de la provocación que pululan en la CIA y en el
intrincado complejo de los servicios de inteligencia.
CONTINÚA: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=343
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