Al inicio del tercer milenio, las fuerzas de
izquierda se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre
democracia y capitalismo, y el crecimiento económico infinito
(capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y
progreso. En estas líneas voy a centrarme en el primer desafío.
Contra lo que el sentido común de los últimos 50 años nos puede
hacer pensar, la relación entre democracia y capitalismo siempre fue una
relación tensa, incluso de contradicción. Lo fue, ciertamente, en los
países periféricos del sistema mundial, en lo que durante mucho tiempo
se denominó Tercer Mundo y hoy se designa como Sur global. Pero también
en los países centrales o desarrollados la misma tensión y la misma
contradicción estuvieron siempre presentes. Basta recordar los largos
años de nazismo y fascismo.Un análisis más detallado de las relaciones entre capitalismo y democracia obligaría a distinguir entre diferentes tipos de capitalismo y su dominio en diferentes períodos y regiones del mundo, y entre diferentes tipos y grados de intensidad de la democracia. CONTINÚA: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-237107-2014-01-06.html
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