En la última semana, la discusión por las reformas al Código Penal se ha convertido en el eje central de la discusión política. Pero más que un cruce de proyectos, de un intercambio de visiones políticas y técnicas sobre cómo se debe poner en orden en 2014 un código redactado en 1921 y que ha sufrido centenares de parches, esta discusión estuvo marcada por la especulación electoral, por la falta de escrúpulos y por el sensacionalismo de los medios dominantes.
En los últimos días, se han agitado de cara a la sociedad peligrosos fantasmas, se han tergiversado hechos en algunos casos por ignorancia de lo que en verdad se discutía y en otros directamente por mentir en la búsqueda de un rédito político.
Han generado una alarma social en donde tendría que nacer un
necesario debate público acerca de un Código Penal que hasta el juez más
partidario de "la mano dura" reconoce que se ha convertido –con los
años y los parches– en un mamarracho.
Como toda reforma, el anteproyecto elevado al Poder Ejecutivo es
discutible y perfeccionable. Por supuesto que habrá opiniones
encontradas, duros opositores y también defensores a ultranza. Son
justas y necesarias todas estas posturas para que el nuevo Código Penal
sirva de la mejor manera a la sociedad.
CONTINÚA: http://tiempo.infonews.com/2014/03/11/editorial-120309-cobardia-politica.php
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