Una de las más de cincuenta réplicas que tuvo en el país el
asesinato de Wanda Taddei por parte de su marido, Eduardo Vázquez –desde
2010 fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas más de 250 mujeres;
cincuenta de ellas fueron prendidas fuego–, tuvo lugar en la capital de
Tucumán, en el barrio 240 Viviendas. El ejemplo es azaroso, pero indica
que ese impulso criminal incendiario no anida en un ámbito, en una
geografía, en una clase social, sino en un tejido profundo y viscoso de
una masculinidad patriarcal que degenera, cuando s
e desborda, en el
deseo criminal de verlas arder.
CONTINÚA: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-230564-2013-10-05.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario