El
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denunció ayer la
explotación que sufren 150 millones de niños trabajadores que "ponen en
peligro su salud, su educación y su propio desarrollo para ayudar a sus
familias". En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la directora
del organismo dependiente de las Naciones Unidas, Susan Bissell, dijo
que es comprensible que los menores trabajen para sumar a la economía
familiar, pero señaló que, "sin embargo, cuando se ven obligados a las
formas más peligrosas de trabajo, cuando faltan a la escuela, cuando su
salud se deteriora, es inaceptable y obliga a actuar con energía para
prevenir que eso suceda".
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