Bolivia- Aprobada la Ley Antirracista, los propietarios de medios encontraron motivo para iniciar una campaña contra el gobierno de Evo Morales, acusándole de atentar contra la libertad de expresión a través de los artículos 16 y 23. Como tienen la ventaja de actuar en pandilla a través de sus redes de periódicos, radios y canales de televisión, el show se convirtió en verdadero escándalo.
Se sumaron, los periodistas de clara ideología derechista, que son los que contratan, tras cuidadosa evaluación para servir a sus propósitos.
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