La frase que fue repetida, escuchada y aplaudida
miles de veces en todo el país el sábado 27 de octubre valga quizá el
intento de detenerse en ella, ahora que una vez más se han ampliado
derechos, en este caso los de los ciudadanos de 16 y 17 años. ¿A qué le
llamamos, qué papel juegan, con qué de uno mismo tienen que ver las
“convicciones”?
Como tantas palabras abstractas e importantes, “convicciones” ha
sido usada por mucha gente en muchas circunstancias, y en general sin
consecuencias. Pero lo que completa la frase que Néstor Kirchner dijo en
su discurso inaugural, y lo que la hace vertebral, es que no hay modo
de actuar según las propias convicciones sin disponerse a afrontar las
consecuencias. La frase toma volumen precisamente frente a la
adversidad. “No voy a dejar mis convicciones en la puerta de la
escuela”, dijo este año, en abril, Micaela Lisola (foto), una
adolescente sanjuanina de 15 años, militante de La Cámpora, amonestada
en su colegio por haber dicho otra frase muy intensa el 24 de marzo,
pese a la prohibición de la rectora.CONTINÚA: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-206997-2012-11-03.html
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