La conspiración se despliega por cada rincón del país. Una suerte
de ajedrez cósmico-maquiavélico va definiendo las posiciones de cada
una de las piezas en un juego de poder que deberá culminar en la más
absoluta de las hegemonías. Nadie es libre para decidir su propio
movimiento. Cada palabra y cada gesto deben ser decodificados de acuerdo
con esa estrategia perversa que se fusiona, como nunca antes en nuestra
agrietada historia, con una vocación autoritaria que amenaza con
transformar a la democracia y sus instituciones en cáscaras vacías. La
ciudadanía, al menos la porción honesta y trabajadora que no se deja
manipular por las diversas y espurias formas del clientelismo populista,
se siente arrinconada y sin saber cómo salir del atolladero al que un
gobierno ávido de poder conduce inexorablemente a un país con
instituciones devaluadas. Es, eso dicen y escriben sin ruborizarse
algunos dirigentes opositores y periodistas, la llegada, a nuestras
costas sureñas, del fascismo bajo su peculiar idiosincrasia nacional.
Estaríamos viviendo, así lo proclaman a los cuatro vientos, en el
asfixiante mundo de una dictadura cuyo objetivo es perpetuarse
indefinidamente acallando las voces de cualquier oposición. La oscuridad
es el signo de los tiempos argentinos. Una vez más nuestro destino es
el de la decadencia. Y mientras eso sucede, mientras la crisis
económica, la inseguridad, la corrupción, el nepotismo, las impunidades
de distinto tipo, la ampliación de la pobreza y la indigencia
constituyen el verdadero mapa de nuestra realidad, la conspiración está
en marcha.
Se trata de una desenfrenada búsqueda por perpetuarse en el poder
utilizando todos los recursos que estén a la mano. Los visibles y los
invisibles. Los legales y los ilegales. Los virtuosos y los deshonestos.
Total, eso dicen, lo que importa son los resultados. Visión pragmática
que responde, sin embargo, a la lógica malsana de la conspiración que
acaba por convertir a todos los jugadores, lo sepan o no, en títeres del
gran y omnisciente titiritero que, desde las alturas neblinosas del
poder absoluto, mueve los hilos de un drama que acabará por conducirnos a
la peor de las alternativas.
CONTINÚA: http://www.infonews.com/2012/08/23/politica-35566-la-conspiracion.php
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