El 17 de octubre del 45.
Abordar el tema del sujeto histórico,
principal impulsor y protagonista de los grandes procesos de cambio en
los momentos críticos del desarrollo social, en Argentina tiene un
regusto amargo. Porque jamás el país ha podido disponer de una clase
dirigente capaz de resolver los problemas estructurales que lo aquejan.
Se sabe que un grupo social que asume el rol de conductor del desarrollo
va a privilegiar en buena medida a su propio interés sectorial, pero la
marca distintiva que le otorga legitimidad es la capacidad para
comprenderse como parte de un todo, al cual está obligado a tener en
cuenta; y este rasgo, no digamos de generosidad, sino de realismo, no ha
sido asumido nunca por ningún estamento en Argentina. Ha habido, es
cierto, alguna conducción de corte o naturaleza bonapartista –Rosas,
Roca y Perón, pongamos por caso, bien que salvando las diferencias que
existen entre sus circunstancias y sus proyectos-, pero no se ha contado
con un núcleo social arraigado que fuera capaz de sostener en el tiempo
el proyecto transformador, variándolo y profundizándolo de acuerdo a
los requerimientos de la hora.
CONTINÚA: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=294
CONTINÚA: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=294
No hay comentarios:
Publicar un comentario