1.La agenda de los medios de comunicación es recurrente y cíclica;
ciertos temas regresan a escena cuando se vuelve necesario atizar en
amplios sectores de la población la insoportable sensación de una
inseguridad creciente que se asocia, en el imaginario colectivo
incentivado por los lenguajes mediáticos, con el miedo. Esa antigua
pasión que acompaña a los seres humanos desde la lejanía de los tiempos
ha sido eje de un debate fundacional de la política moderna allí donde
ha trazado las diferencias centrales entre un proyecto fundado en la
utilización astuta del miedo a la inseguridad como fuente de legitimidad
del Poder público asentado en el uso discrecional/jurídico de la
coerción y de la violencia, y aquel otro que destacó que esa pasión
negativa lo que impulsaba era hacia un aumento del sometimiento de los
individuos y a un claro cercenamiento de su libertad.
El filósofo italiano Remo Bodei despliega en su excelente libro
Geometría de las pasiones una más que oportuna y decisiva contraposición
entre las dos líneas maestras del pensamiento inaugural de lo político
moderno, mostrando, con claridad, los caminos bifurcados que se abrieron
a partir de las interpretaciones enfrentadas que en torno al “miedo”
como pasión se expresaron en Baruch Spinoza y en Thomas Hobbes a
mediados del siglo XVII. El miedo, según lo aborda el judío holandés,
como pasión negativa, como anclaje en un orden de la sumisión que les
impide a los seres humanos elegir su camino y que los conduce a la ciega
aceptación de la tiranía y la dominación que se afinca, precisamente,
en esa pasión que maniata el espíritu libertario y que sigue prisionera
de una forma de trascendentalismo. Y el miedo como una pasión positiva y
racional que hace posible, en la perspectiva de Hobbes, la renuncia a
un estado de peligrosidad y conflicto permanente que será reemplazado
por un orden sustentado en la coerción y la renuncia al uso
indiscriminado de la violencia; sin miedo a la anarquía social, sin
miedo al más fuerte, sin miedo a morir, sin miedo al conflicto y a la
violencia no sería imaginable el pasaje del estado de naturaleza al
contrato fundacional.
Spinoza como abanderado de una tradición democrática afirmada en los
principios de autonomía y libertad y que desnuda el fondo oscuro y
represivo que se guarda en la producción intensiva del miedo social;
Hobbes, pensador del poder y del Estado, genio fundador de un giro
central en la filosofía política, destacará, con fuerza indeleble, la
importancia decisiva del miedo como regulador de las prácticas políticas
y sociales, como verdadero límite del orden, sea monárquico o
republicano. Hacer una pesquisa en torno a la continua presencia del
miedo en el pensamiento político moderno es indispensable a la hora de
intentar comprender lo que está sucediendo en nuestra actualidad, el
modo cómo en torno a la “inseguridad” se movilizan los recursos
materiales y simbólicos de una derecha que busca, a través de este
camino, motorizar los “reflejos” regresivos instalados en nuestra
sociedad.
2.En las urbes contemporáneas, en especial las de los países
tercermundistas, la pobreza, la exclusión, el desempleo y la
fragmentación social son el caldo de cultivo para la proliferación de
las diversas formas de violencia urbana.
CONTINÚA: http://www.infonews.com/2012/07/06/politica-28499-entre-spinoza-y-hobbes-o-el-miedo-la-inseguridad-y-la-politica.php
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