Lejos de los mandatos divinos, más lejos todavía de los textos
revelados a los que se les rinde culto, las diversas y en ocasiones
enfrentadas escrituras constitucionales que recorrieron la historia
argentina han sido el resultado de complejos y contradictorios
entramados políticos, ideológicos, económicos y culturales. Las
constituciones, las que nos tocan pero también las del resto de los
países del mundo, han sufrido, y lo seguirán haciendo, múltiples
modificaciones e, incluso, cambios radicales allí donde se trastocan
dramáticamente las circunstancias de la historia exigiendo que la carta
fundamental sea revisada. Conflictos, giros ideológicos, intereses de
clase, rupturas políticas, transformaciones sociales, cambios culturales
y científico-tecnológicos son algunos de los motivos que vuelven
imprescindible la adaptación o la revisión de aquellos textos que buscan
darle entidad jurídica y normativa a la trama de convivencialidad que
atraviesa cualquier nación. Las constituciones son escrituras en
movimiento que siguen siendo continuamente interpretadas y sobrescritas a
lo largo del tiempo y de las vicisitudes de las sociedades. Anclarlas
de una vez y para siempre es algo ajeno a la dinámica de la historia y
de sus actores: los hombres y mujeres, el pueblo soberano, que
instituyen la vida social y les dan forma a sus textos normativos.
Ese pueblo, aquello que Baruch Spinoza pensó como “multitud”, es
“democrático en un doble sentido: por una parte como designación de un
poder popular, una potencia inalienable e intransferible, un derecho en
acto constitutivo de la realidad social; por otra, multitud democrática
significa preservación de las diferencias que la constituyen por
naturaleza, resistencia a la uniformidad; conflicto irrepresentable que
produce institucionalidad, dándose a sí misma una forma viva”. Por eso,
agrega Diego Tatian en un más que interesante reportaje sobre los cruces
entre la idea de democracia, la concepción republicana y el pensar
siempre desafiante e irreverente de Spinoza, “la libertad de pensar y
manifestar el pensamiento tiene en Spinoza un núcleo democrático, no
liberal”. CONTINÚA: http://www.infonews.com/2012/06/01/politica-23942-hacia-una-nueva-constitucion.php
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